Cuando se piensa en turismo, lo más habitual es asociarlo con viajes de placer, pero existe un segmento fundamental que impulsa el desarrollo del sector servicios: el turismo MICE. Este término corresponde a las siglas en inglés de Meetings, Incentives, Conventions, and Exhibitions/Events, es decir, se refiere a los viajes motivados por la asistencia a reuniones de negocios, congresos, convenciones, incentivos y otros eventos de carácter profesional.
Según Javier Zuazola, director de Travel Advisors, este tipo de turismo representa una fuente de ingresos significativa para las ciudades anfitrionas. «El 20% de los turistas a nivel mundial viajan por razones de negocios. A pesar de que este sector requiere inversiones en infraestructura, promoción y capacitación, su impacto económico es considerable, ya que los viajeros MICE gastan aproximadamente un 53% más que los turistas de ocio», explica el experto, citando datos de la Asociación Internacional de Congresos y Convenciones (ICCA, por sus siglas en inglés).
La importancia del turismo MICE en España
En España, el turismo de negocios genera alrededor de 12.500 millones de euros anuales, de los cuales se estima que el segmento MICE representa aproximadamente 2.500 millones de euros. Este impacto financiero fue uno de los principales temas discutidos en el Fórum del Talento de Turismo y OCITUR, un evento celebrado en el TecnoCampus y vinculado a su programa de doble titulación en Turismo y Gestión del Ocio junto con Administración de Empresas y Gestión de la Innovación.
Lluís Codinas, profesor del TecnoCampus, destaca la importancia de preparar a los jóvenes para este sector en crecimiento. «Recomiendo a los estudiantes que sean proactivos y se interesen por este segmento, ya que la industria necesita profesionales con una sólida formación», subraya.
Un turismo que rompe con la estacionalidad
A diferencia del turismo tradicional, el MICE no sigue los patrones estacionales habituales. En España, por ejemplo, los meses de mayor actividad para congresos, convenciones y ferias son octubre, noviembre, enero, febrero, marzo y mayo. «Esta estacionalidad inversa es clave para la sostenibilidad del sector, ya que permite distribuir la demanda a lo largo del año, generando una industria más rentable y sostenible», destaca Zuazola.
El profesor Codinas también enfatiza los beneficios que el turismo MICE aporta más allá de los recintos donde se celebran los eventos. «No solo beneficia directamente a los organizadores y proveedores del sector turístico, sino también a los taxistas, hoteles, tiendas, espectáculos y, en general, a toda la economía de la ciudad anfitriona», concluye.
Con una tendencia al alza, el turismo MICE se posiciona como una estrategia clave para diversificar y fortalecer el turismo en las grandes ciudades, contribuyendo al crecimiento económico y a la generación de empleo en el largo plazo.
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