Con la reapertura de fronteras en Francia, los ciudadanos de la Unión Europea pueden ingresar al país presentando un certificado de vacunación contra el COVID-19. Para aquellos que aún no han completado su pauta de vacunación, es obligatorio presentar una prueba PCR o de antígenos realizada dentro de las 72 horas previas al viaje. Esto abre nuevamente la oportunidad de explorar los impresionantes rincones que ofrece el país vecino, sin necesidad de viajar grandes distancias.
Si buscas una escapada única sin alejarte demasiado, el sur de Francia es una opción ideal. Esta región cuenta con paisajes espectaculares que pueden visitarse en vehículo propio, combinando naturaleza, historia y aventura. A continuación, te presentamos tres destinos que destacan por su belleza y singularidad.
1. La Duna de Pilat, un paraíso de arena junto al Atlántico
Ubicada en el bosque de las Landas de Gascuña, a poco más de una hora de Burdeos y a solo dos horas y media de San Sebastián, la Duna de Pilat es la más alta de Europa. Con una cresta que alcanza los 105 metros de altura, esta maravilla natural ofrece una vista panorámica inigualable de la cuenca de Arcachón.
El ascenso a la cima de la duna es una experiencia en sí misma, recompensada con un paisaje que se extiende hasta el horizonte. Con 500 metros de ancho y tres kilómetros de longitud, es un lugar perfecto para relajarse, disfrutar del sol y, si el clima lo permite, contemplar una inolvidable puesta de sol sobre el Atlántico. Además, la zona es famosa por la pesca y el cultivo de ostras, así como por ser un destino privilegiado para los amantes del parapente.
2. Conques, un pueblo medieval de cuento
En el departamento de Aveyron se encuentra Conques, considerado uno de los pueblos más encantadores de Francia. Con una población que no supera el centenar de habitantes, este pequeño rincón medieval es una joya oculta en el corazón del país.
Conques es un destino ideal para quienes buscan tranquilidad y desean perderse en sus estrechas calles empedradas. A solo un par de horas de Montpellier y Toulouse, ofrece un entorno perfecto para explorar sin prisas. Sus alrededores permiten descubrir el Macizo Central y ciudades históricas como Rodez o Montauban. Además, los visitantes pueden alojarse en acogedores hostales y casas rurales que conservan el encanto de la región.
3. Las gargantas del Tarn, aventura en un cañón natural
Para los amantes de los deportes al aire libre, las gargantas del Tarn en el departamento de Lozère son una opción inmejorable. Este cañón, formado en un macizo de piedra caliza, cuenta con acantilados de hasta 500 metros de altura y se extiende a lo largo de casi 50 kilómetros entre Quézac y Le Rozier.
Situado a unas tres horas de la frontera con España, este enclave natural es un paraíso para la aventura. Sus aguas cristalinas son ideales para la práctica de rafting y piragüismo, mientras que sus paredes rocosas desafían a los aficionados a la escalada y el barranquismo. La zona cuenta con diversas opciones de alojamiento, desde campings hasta pequeños hoteles rurales, que permiten disfrutar de la naturaleza sin renunciar a la comodidad.
Un viaje sin salir de la naturaleza
El sur de Francia ofrece una combinación perfecta de paisajes únicos y experiencias inolvidables. Ya sea disfrutando de una duna con vistas al océano, explorando un pueblo medieval o aventurándose en un cañón natural, estos tres destinos destacan por su belleza y diversidad. Con la posibilidad de viajar en vehículo propio y sin restricciones complejas, esta región se convierte en una opción ideal para una escapada que combina naturaleza, historia y emoción.
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